Una guía definitiva para iniciarse en el crochet
¿Te decidiste empezar a tejer al crochet? ¿Nunca agarraste la aguja? ¿Hace muchos años que no lo practicás? Cualquiera sea el caso, aquí vas a encontrar una guía de cómo iniciarse en el mundo del crochet.
El crochet es una técnica que se puede dominar a corto plazo y no pasa de moda.
Quiero ayudarte a descubrir lo terapéutico de este arte y la importancia de dedicarle un tiempo a las manualidades. Es divertido y muy práctico. A tu ritmo vas a aprender a tejer al crochet y a encontrar tu propio estilo.
Sobre esta guía
Mi idea con esta guía es que te ayude a despejar las dudas y responda a todos tus interrogantes. Que se despierte y amplifique tu creatividad. No importa si sos diestra o zurda, no hay excusas para aprender.
Con los puntos básicos se nos abre un abanico de múltiples posibilidades. Se pueden realizar prendas de vestir, muñecos, mantas, bolsos, accesorios, cortinas, monederos. El límite es tu imaginación, el tiempo que le puedas destinar y los recursos con los que cuentes para la compra de los materiales.
¿Por qué tejer al crochet?
Quizás la motivación se te presentó por la llegada de un bebé a la familia, una necesidad laboral que aporte un ingreso de dinero a tu hogar, compartir una actividad social con otras crocheteras o estar en soledad y desconectarte de todo. O tal vez porque viste algún artículo en una vidriera o una revista, o simplemente te enteraste de todos los beneficios que te aporta tejer al crochet.
Antiguamente el crochet se utilizaba como encaje o apliques para la ropa y también como objetos de decoración para el hogar. Hoy en día es común encontrar prendas tejidas al crochet para usar tanto en invierno como en verano, accesorios de moda, muñecos, bijouterie o artículos para la casa.
Mi historia con el crochet
Yo me inicié desde muy pequeña con la ayuda de mi madre y disfrutaba las tardes que compartía con mi abuela, a quien recuerdo siempre con una aguja de crochet en la mano, haciéndole la puntilla a un pañuelito de tela o una carpeta, que comúnmente ahora conocemos como mandalas.
Lo primero que tejí fue una bufanda. Luego, me animé a hacer un chaleco y más adelante, con la llegada de mi sobrino, le tejí todo el ajuar. Siempre opté por modelos sencillos, utilizando solo los puntos básicos. Un día, descubrí una revista sobre crochet y me empecé a familiarizar con los diagramas y sus símbolos y fue así que tejí por primera vez una puntilla.
En mi etapa adulta, la llegada de mi hijo fue una bisagra a nivel laboral. Renuncié a mi trabajo con 12 años de antigüedad y opté por quedarme en casa cuidándolo y ayudar con la economía familiar comercializando mis tejidos.
En un principio, mis únicos clientes eran de mi círculo de amistades. Luego, se agregaron clientas y diseñadores y con ellos, llegaron los desfiles, las revistas y un libro. Pero lo más importante se presentó en el 2009 cuando comencé a dar clases de crochet en el Perchero Atelier Creativo.
Mis alumnas son lo más maravilloso que atesoro en mi vida. Cada una de las mujeres que compartieron y comparten aún hoy su tiempo, su confianza y su cariño conmigo. Historias de vidas entrelazadas y una amistad que durará por siempre. Cada una de ellas sabe que el amor es recíproco.
Aprendiendo a tejer al crochet
Si no te anotás en una clase de crochet y preferís probar de manera autodidacta, te recomiendo empezar por algo sencillo, que te lleve poco tiempo tejerlo y que te sea de utilidad.
No hay mejor recompensa que ver tu obra terminada y lista para usar. Te va a generar una gran satisfacción y va a multiplicar tus ganas de seguir aprendiendo más y más.
No se requieren grandes inversiones de dinero, espacio o tecnología. Podés llevar tu tejido a cuestas y tejer donde se te ocurra. Es un gran compañero en los viajes de corta y larga distancia, en las salas de espera y en las visitas prolongadas de hospital.
El día menos pensado te va a encontrar escribiendo tus propios patrones. No lo pienses como un imposible, seguramente las ganas de crear algo propio te lleve con la experiencia a diseñar tus propias formas.
¿Qué materiales necesito para tejer al crochet?
A continuación voy a enumerar lo que necesitás para tejer al crochet. Estos materiales los podés adquirir en una mercería, una hilandería o por la web en sitios como Mercado Libre, Ebay o Amazon.
No los vas a usar TODOS desde el comienzo. A medida que vayas adquiriendo experiencia hay elementos que te harán algunas tareas más sencillas.
Comencemos por lo fundamental: elegir el tipo de aguja de crochet y el hilado. Veamos qué posibilidades hay.
Aguja de crochet
Las agujas de crochet son las herramientas fundamentales. También se las conoce con el nombre de ganchillo. Miden aproximadamente 15 cm. y hay algunas variaciones en función del material con el cual hayan sido fabricadas.
Las agujas tienen forma de varilla con un gancho en uno de los extremos. El mismo se utiliza para enganchar el hilado (valga la redundancia) e ir insertándolo en el tejido a medida que se avanza para crear los diferentes puntos y tramas.
Tipos de agujas de crochet
Las encontraremos fabricadas de diferentes materiales: aluminio, plástico, acero inoxidable, bambú, madera y acrílico.
Algunas con características particulares como por ejemplo, mango de silicona, mango de plástico, mango ergonómico, mango de bambú, mango intercambiable y también las hay de plástico con luz LED en su interior.
Hay de diferentes grosores, y en función del hilado o la trama escogida es el tamaño que vamos a utilizar.
Las agujas generalmente de acero inoxidable, son las que vamos a utilizar con hilados finitos y bien retorcidos. Su numeración va del 0 al 14 y cuanto más alto el número más pequeño es el gancho de la aguja y el grosor de la varilla.
Las fabricadas con otros materiales (aluminio, madera, plástico, metal, etc), se utilizan con hilados de grosor medio a muy gruesos. Su numeración va del 2 al 20, en este caso cuanto más grande el número, más grande el gancho y el grosor de la aguja.
Elección de la aguja
La elección de la aguja es algo muy personal. Te recomiendo que comiences comprando las de aluminio, que normalmente son las más económicas.
Cuando le tomes el gusto al crochet vas a querer tener de varias medidas y materiales diferentes. Por lo tanto, cuando eso ocurra vas a poder seleccionar la que mejor se ajuste a tu mano.
¿Cómo sostener la aguja de crochet?
Comúnmente se puede sostener de dos formas:
Por debajo, como si fuera un lápiz, agarrándola por la parte delgada de la varilla con los dedos pulgar e índice.
O por el contrario, por la parte de arriba como si fuera un cuchillo, agarrándola con los dedos pulgar y mayor, apoyando el dedo índice sobre la misma.
En ambos casos, la aguja debe estar ligeramente dirigida hacia abajo.
Hilado
Vamos a clasificar el hilado en tres grandes grupos:
- Naturales: algodón, lino, llama, cachemir, alpaca, lana y angora.
- Artificiales: rayón y seda artificial.
- Sintéticas: nylon, poliester y acrílico.
La variedad de color es infinita. Los hay lisos y matizados, brillosos y opacos.
Hay que prestar atención a las etiquetas que traen los hilados ovillados. Estas tienen especificaciones técnicas y recomendaciones para la utilización del mismo, respecto al lavado, planchado y secado, al número de aguja, color y lote.
Una mención especial es para los materiales que se pueden reciclar y tejer al crochet: remeras o recortes de telas, bolsas plásticas, cintas de VHS o cassettes.
Simbología
El crochet tiene una serie de símbolos que están internacionalmente estandarizados. Estos se utilizan para crear los patrones. Cada punto tiene su símbolo.
En función del diseño del diagrama (lineal o circular), la lectura tendrá sus particularidades, pero prefiero explicar este tema con mayor detalle en otras entradas de la página.
Accesorios complementarios
Centímetro
En todo proyecto que encaremos será fundamental contar con un centímetro. Por lo general, siempre hay medidas que tomar.
Tijera
Una tijera pequeña. También puede ser útil la que se usa en costura, comúnmente llamada corta hilachas.
Marcadores de puntos
Los utilizamos para marcar algo importante en el tejido, como por ejemplo: el comienzo o el final de una hilera, un aumento, una disminución o un cambio de color.
Hay marcadores de puntos de plástico, rígido o flexible.
Podemos reemplazarlos por una hebra de lana contrastante, un clip de papel o un alfiler de gancho, si no contamos con ellos desde el principio.
Aguja lanera
Fabricadas de plástico o metal. Lo ideal en ambos casos es que la punta sea redondeada para que no lastime nuestro tejido y el orificio por donde pasemos el hilado sea grande, para enhebrarla sin dificultad.
Madejero y devanador
Suele pasar que cuando compramos un hilado éste no viene con forma de ovillo listo para ser usado, sino en madeja.
Si ocurre esto, es fundamental transformar esa madeja en ovillo. Para ello tenemos el madejero, que será el encargado de mantener firme la madeja. Si no tenemos uno, podemos reemplazarlo por el respaldo de una silla o alguien que nos la sostenga con los brazos.
Manualmente vamos a poder armar el ovillo con forma cilíndrica. A posteriori, será necesario colocar el mismo en un porta ovillo o en una bolsa para que lo sostenga y no salga rodando por todos lados.
El devanador es un complemento del madejero. Los hay manuales o eléctricos y su función es la de ovillar la madeja.
Entre los beneficios de este instrumento podemos enumerar la velocidad para hacer el ovillo y que al tener dos partes planas, podrá estar apoyado sobre una superficie lisa sin posibilidad de moverse. Por otro lado, vamos a tener disponibles tanto la hebra del comienzo como la del final para elegir por dónde empezar.
Porta ovillo
Podemos encontrar fabricados de cerámica, plástico, madera o tela. Se utilizará para colocar el ovillo. Generalmente con forma de cuenco, salvo los de tela que tienen forma de bolsa y son para sostener con el antebrazo.
Cuaderno y lapicera
Será fundamental ir anotando cuanto dato creamos importante o sea fácil de olvidar. Todo lo que respecta a nuestro proyecto, como puede ser el número de la aguja, nombre del hilado, color, talle, cantidad de puntos y vueltas, horas de trabajo, costo de los materiales, o cualquier otro detalle que crean relevante.
Contador de hilera
Existen manuales o electrónicos. Ambos sirven para registrar la cantidad de hileras que vayamos tejiendo.
Consejos y recomendaciones finales
Luz y posición
Lo ideal es tejer con la claridad que aporta la luz del sol. Si utilizamos luz artificial, lo mejor es que la dirección de la misma sea desde atrás de nuestra espalda y por encima del hombro o bien arriba en el techo. Hay que evitar tenerla de frente.
También es fundamental sentarse cómodamente para no perjudicar ni el cuello ni la espalda.
Agujas de crochet
Si vas a iniciarte en el crochet lo ideal es comenzar por una aguja de aluminio número 5, apropiada para un hilado semigrueso. A medida que ganes experiencia vas a poder seguir tejiendo con otros tipos de aguja más pequeñas.
Color, grosor y tipo del hilado
Ovilla el hilado. Selecciona colores claros y lisos, hilados semigruesos como por ejemplo el cashmilon rústico o el sedificado.
Evita los hilados de fantasía que tengan pelo, sean irregulares, brillosos o de colores matizados u oscuros.
En un comienzo lo ideal es que vayas reconociendo cada uno de los puntos que tejes y ver con claridad dónde colocar la aguja a lo largo de la hilera.
Diagrama
Lee atentamente todas las indicaciones que aparezcan en el patrón. Revisa los símbolos del diagrama antes de empezar a tejer.
Hacer una muestra orientativa
Con esto me refiero a tejer una pequeña porción de nuestro proyecto, recomiendo que sea de 15 cm x 15 cm.
Yo sé que genera fastidio y una está ansiosa por ponerse a trabajar, pero nos aporta un montón de información importante para nuestro tejido.
Como por ejemplo, la cantidad de puntos e hileras que vas a necesitar para comenzar a tejer, verificar si la aguja seleccionada se ajusta al hilado y la tensión que estamos ejerciendo.
En el caso que estemos tejiendo las indicaciones de un patrón, esta muestra nos permitirá verificar si debemos hacer algún tipo de ajuste con respecto a la tensión, el número de aguja o los puntos de inicio.
Hay quienes dejan descansar la muestra 24 horas para ver si se agranda o se achica la puntada. También es útil lavarla para chequear si el hilado destiñe.
Tomá un descanso
El crochet demanda concentración y es muy común que se nos pasen las horas tejiendo y no nos demos cuenta.
Ten en cuenta la importancia de hacer una pausa, masajear las manos y movernos un poco. La premisa es disfrutar de esta técnica. Queremos evitar las contracturas y las lesiones.
¡Vamos a tejer!
Ya tenés toda la información necesaria para poner manos a la obra y no postergar más la decisión de ponerte a tejer al crochet.
En mi página Crochet al cuadrado, vas a encontrar opciones para realizar tu primer cuadrado o granny square, como se lo denomina en inglés. Con explicaciones y fotos del paso a paso.
En la sección de comentarios, podés dejarme el tuyo si algo me quedó pendiente por explicar o querés más detalles.
Si alguien te dice que tejer es cosa de abuelas, ¡decile que las abuelas aprendieron cuando eran jóvenes!
No te avergüences por los prejuicios ajenos. Cuando vean las cosas hermosas que van a crear tus manos, serán los primeros en pedirte que les tejas algo.
Valora tu tiempo, tu trabajo y el amor puesto en cada punto.