La magia de hacer poquito (y sentirte genial por eso)
Hay libros que llegan justo en el momento indicado, como si alguien te los hubiera mandado para decirte: “tranquila, no hace falta hacerlo todo perfecto”. Mini Hábitos fue uno de esos libros para mí.
Lo descubrí gracias a un podcast para emprendedores que me encanta, donde hacen reseñas súper detalladas de libros. Apenas escuché de qué se trataba, me agarraron ganas de leerlo. El enfoque me llamó muchísimo la atención: ¿qué pasaría si en vez de tratar de construir grandes hábitos, empezáramos por hacer algo ridículamente pequeño? Algo tan fácil que no haya forma de fallar.
No lo leí con la urgencia de cambiar algo puntual, sino como un recurso para tener a mano cuando mi motivación flaqueara o mis rutinas empezaran a pesar. A veces no es falta de ganas, sino que el cuerpo o la cabeza están en otra. Y no me equivoqué. Fue una lectura clave para reforzar hábitos, rediseñar otros y soltar la culpa de no “hacer suficiente”.
¿Qué son los mini hábitos? (y por qué funcionan)
Un mini hábito es una pequeña acción. Hacer algo chiquito. Activar el cuerpo con lo mínimo. Ponerse un objetivo tan pequeño que sea facilísimo de cumplir… y así evitar la maldita culpa o el autoreproche. Hacer, aunque parezca poco, pero hacerlo con la convicción de que estás cumpliendo tu compromiso con vos misma. Nada de grandes planes ni rutinas súper exigentes. Acá se trata de ganar en constancia, no en intensidad.
Cuando leí por primera vez la idea de “hacer tan poquito que no puedas fallar”, me encantó. Me pasa sobre todo a la mañana, bien temprano, cuando todavía me cuesta activar el cuerpo para mi rutina de ejercicios. Pero me ayuda pensar: si no llego a hacer 10 ejercicios, hacer 1 también está muy bien. ¡Ya está! Uno es más que cero. ja ja ja Y eso me cambia el ánimo por completo.
Las ideas clave que me dejaron pensando
Mini Hábitos está lleno de frases que me hicieron frenar la lectura y decir: “¡Sí! Esto me pasó mil veces”. Una de las que más me quedó grabada fue:
“Somos rápidos para culparnos a nosotros mismos por la falta de progreso, pero lentos para culpar a nuestras estrategias.”
¡Qué cierto, no? Cuántas veces creemos que el problema somos nosotras, que no tenemos fuerza de voluntad, que no servimos para organizarnos o que simplemente “no nos sale”. Pero nunca nos enseñaron a revisar la estrategia. Y eso fue una revelación para mí: quizás no es que yo estoy fallando, sino que lo que estoy intentando no se adapta a mi forma de ser o al momento que estoy viviendo.
Otra frase que me marcó fue:
“¡No importa si funciona para todos los demás, si no funciona para vos!”
En un mundo donde todo el tiempo nos muestran rutinas, sistemas, planificaciones perfectas… esta idea me trajo mucha paz. Porque sí, hay métodos que parecen buenísimos pero que simplemente no me funcionan. Y está bien. El desafío es encontrar lo que sí nos sirve a cada una.
También subrayé algo que cambió mi forma de ver la motivación:
“La motivación es una estrategia poco confiable para un cambio duradero.”
¡Tal cual! Cuántas veces postergamos algo porque no tenemos ganas o no estamos “inspiradas”. Pero con los mini hábitos, no necesitás estar motivada. Solo tenés que hacer esa mini acción. Y listo.
Y una última que me encantó:
“Cuando algo funciona, lo que no funciona queda expuesto.”
Porque al probar algo que sí funciona para mí, me di cuenta de todo lo anterior me complicaba más de lo que ayudaba. El cambio no fue radical, fue sutil… pero se notó.
Mi experiencia personal con los mini hábitos
Después de leer el libro, quise probar esta idea de hacer algo tan chiquito que no haya excusas. Empecé por sumar un mini cambio a mi rutina de ejercicios: agregué mancuernas de 1 kilo en los ejercicios de brazos. No era nada extremo, solo un pequeño peso extra.
Lo increíble fue lo que pasó después. Al cabo de un mes, una mañana me di cuenta de que ya no me requería esfuerzo. Así que me animé a subir a 2 kilos. Y lo mejor de todo: ¡a los 15 días ya estaba usando las de 3 kilos! Sin presión, sin exigencias, sin sentir que me forzaba. Fue un proceso natural, casi sin darme cuenta.
Hoy sigo usando ese peso, pero hay días en los que me levanto con poca energía. Y ahí entra en juego la magia de los mini hábitos: en vez de abandonarlo todo, hago mi rutina con las muñequeras de medio kilo… o incluso sin peso. ¡Pero lo hago! Eso es lo que más valoro. Esa paz de saber que aunque lo reduzca al mínimo, igual estoy cumpliendo.
Siento que esta forma de construir hábitos se adapta perfecto a mi forma de ser. Con el tiempo, noté que la mayoría de esos mini hábitos se agrandan solos. Pero lo más valioso es que, cuando me limito al mínimo, me quedo con la sensación de haber cumplido igual. Refuerza lo que ya vengo sosteniendo y me permite rediseñar rutinas cuando la cosa se pone cuesta arriba. Sin culpa. Sin reproches. Solo con la alegría de haberme elegido a mí misma, un día más.
Mini hábitos reales que hoy forman parte de mi rutina
Lo que más me gusta de este enfoque es que se puede aplicar a cualquier área de la vida. No hace falta cambiarlo todo de golpe, sino ir sembrando mini acciones que, con el tiempo, hacen una gran diferencia. Acá te comparto algunos mini hábitos que fui incorporando y que hoy son parte de mi día a día:
🍽️ Alimentación consciente: Empecé a reemplazar productos que consumía antes por versiones más saludables. No fue de un día para el otro, fue un proceso de tomar conciencia, asesorarme con profesionales de la salud y leer e investigar un montón (algo que sigo haciendo porque me encanta). Siempre estoy ajustando según lo que me resulta más nutritivo y fácil de preparar.
🎯 Organización del trabajo: Me propuse tener un proyecto por semana, algo simple y alcanzable. Lo lindo es que muchas veces ese único proyecto termina transformándose en varios más. Pero el punto de partida sigue siendo pequeño, concreto y realista.
📝 El blog: Acá no puedo dejar de agradecerle a mi querida Gigi. Fuiste (y sos) una coach increíble para mí. Gracias a tus ideas, preguntas y estructura, pude avanzar con los posts y conectar mucho más con mi comunidad. Empezar de a poco, una idea a la vez, fue clave.
📚 Inglés: Desde que empecé mi segundo ciclo de 12 semanas y lo puse como objetivo central, logré una constancia que nunca había tenido. A veces es solo un ratito, otras veces más… pero lo importante es que estoy ahí, todos los días, presente.
📦 Orden y minimalismo: No voy a mentirte: el orden me cuesta, no soy la reina de la limpieza ni mucho menos. Pero sí soy muy consciente de la energía que se libera cuando el espacio está en armonía. Me hace feliz cuando las cosas están en su lugar, cuando siento el ambiente liviano y con olor rico. Cada tanto hago una limpieza profunda, un ataque minimalista a lo Marie Kondo, y saco lo que ya no uso. No tengo demasiado apego por lo material, así que desprenderme de lo que no suma me resulta liberador.
Cómo podés empezar vos también
Si estás en un momento donde te cuesta arrancar, sentís que no tenés energía o que todo te abruma… este libro puede ser un lindo primer paso. No necesitás motivación ni fuerza de voluntad épica. Solo necesitás elegir algo tan chiquito, tan fácil, que sea casi imposible fallar.
Acá te dejo algunas ideas simples para que arranques con tu propio mini hábito:
-
Hacer un solo ejercicio de estiramiento apenas te levantás.
-
Leer una página por día de ese libro que te espera hace meses.
-
Escribir una oración, frase o idea cada día.
-
Ordenar una sola cosa que esté fuera de lugar.
-
Avanzar unos minutos con tu proyecto actual.
Lo importante no es la cantidad, es la constancia. Y cuando cumplís, aunque sea con lo mínimo, aparece una sensación hermosa de logro. Te das cuenta de que estás avanzando. Y ese avance, por más pequeño que parezca, cuenta. Mucho más de lo que imaginás.
Si querés hacer un cambio en tu vida, empezá con algo tan ridículamente pequeño que no tengas excusas para no hacerlo. Porque como dice Stephen Guise: 1 es más que 0.
Mi reflexión final (y por qué te recomiendo este libro)
Mini Hábitos fue una bocanada de aire fresco en mi camino. No solo me ayudó a sostener hábitos que ya tenía, sino que me enseñó a no abandonar cuando la motivación se iba de vacaciones. Me mostró que no hace falta hacer mucho para sentir que una está avanzando, que lo chiquito también vale, y mucho.
Lo recomiendo con los ojos cerrados a cualquiera que sienta que le cuesta empezar, que vive con la mochila de la culpa por no hacer “lo suficiente”, o que se frustra por no poder sostener sus rutinas. Este libro te abraza y te dice: “hacé poquito, pero hacelo”. Y ese poquito, cuando se repite todos los días, cambia todo.
A mí me dejó una forma nueva de relacionarme con mis hábitos, mucho más amable, realista y sostenible. Y si te pasa como a mí, que tenés mil cosas en la cabeza y mil proyectos en el corazón, esta filosofía puede ser la base perfecta para avanzar sin agotarte.
Porque al final del día, lo importante no es hacer todo perfecto. Es hacer algo. Todos los días. Aunque sea un pasito chiquito.
Y ahora contame vos:
¿Probaste alguna vez esto de empezar con un mini hábito? ¿Qué cosita chiquita podrías hacer hoy para acercarte a eso que querés lograr? Me encantaría leerte en los comentarios. Y si leíste el libro, ¡quiero saber qué te pareció! Tu experiencia puede inspirar a alguien más que esté buscando dar el primer pasito sin presión. 💬✨